Ilustración del Penitente, según se le describe en las escrituras sagradas y en los testimonios de los Testigos del Milagro.
El Árbol del Milagro; este fue el resultado de las oraciones del Penitente y en lo que se convirtió tras finalizar su penitencia.
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- Obra del ilustrador Ricardio de León.
¿Qué es el Milagro Sagrado?
"¿Qué es el Milagro Sagrado y por qué, en Altum Aethera y las tierras de alrededor, lo veneramos? Muy bien, permitidme que os cuente de dónde surgió nuestra veneración al Milagro.
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Hará ya muchos años, podríamos decir que generaciones atrás a la de nuestros bisabuelos, un hombre sintió un gran pesar por su alma, por la suya y por la de su familia, por la de su familia y por la de sus amigas, por la de sus amigos y conocidos...y así siguió hasta que su alma parecía cargar con la culpa, los fallos, las penurias, los dolores y los infiernos personales de aquellos que conocía y los que no. Tanto fue su dolor que él mismo creyó que su corazón estaba siendo retorcido por espinas y raíces.
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Así pues, cargado con este dolor que habría matado a cualquier hombre, este penitente -pues así le llamaban- peregrino caminó el largo puente desquebrajado de piedra que conducía hasta un islote, el islote por el cual caminas hoy mismo, hasta la cima de la colina más alta que sus ojos pudieron divisar.
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Ahí, junto a con sus hermanos, se arrodilló en santa devoción y penitencia, por los pecados y males de todos aquellos que lo conocían y los que no. Rezó a los cielos de que no perdonara sus pecados, sino la de sus congéneres, que su dolor fuese eterno pero, que a cambio, la carga de los fieles y no fieles fuese aligerada.
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Rezó por siete días y siete noches, hasta qué...un día sexto del mes cuarto, raíces empezaron a salir de sus dedos, flores de sus orificios y espinas de su corazón. Ante el estupefacto asombro de los otros que rezaban...el Penitente no lloraba, no se quejaba, no maldecía nada ni a nadie hasta que, una vez la metamorfosis hubo concluido, un gran árbol con frutos nunca antes vistos surgió de donde una vez se arrodilló en santa penitencia.
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Desde ese día...todos llamaron a ese día glorioso el Milagro Sagrado, el día en el que un sólo hombre expió por nuestros pecados y aligeró nuestras cargas. Por eso hoy seguimos venerando al Penitente, por eso seguimos rezándole al Milagro Sagrado y, por eso, en memoria de aquel que murió por nosotros, erguimos esta Catedral en su nombre, que el Penitente del Milagro Sagrado sea recordado hasta el fin de los tiempos y nos siga bendiciendo con su santa compasión."
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- Historia narrada por el Arzobispo Barrabás a unos monaguillos.
La Sociedad de Consecratio
Vestimentas típicas de los ciudadanos de a pie de Consecratio, trabajadores, estudiosos, amas de casa, niños, etc. visten unas ropas similares, diferenciándose en la calidad o los ornamentos de las vestimentas.
El Milagro Sagrado está en todos los aspectos de la vida de los ciudadanos de Consecratio, esto gracias al esfuerzo de la misma Iglesia del Milagro o a las otras instituciones religiosas que han surgido a raíz de la misma pero que, al final del día, mantienen su devoción a la última e indiscutible verdad del sacrificio del penitente y del Árbol del Milagro. Con esto, los ciudadanos de la región han adoptado unos cánones de vestimenta que no difieren mucho de entre ricos y pobres más allá de la calidad de los ornamentos o los materiales con los que sus vestimentas están diseñadas.
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Los niños, desde su más tierna infancia, son instruidos y enseñados en los preceptos de la Iglesia del Milagro o de las enseñanzas de sus oficiales religiosos más cercanos. Mientras estos son instruidos, pueden tomar la decisión de seguir una vertiente casi infinita de claustros, basílicas, hermandades o conventos a los que unirse, todos acorde a sus cualidades. Aparte, por mucho que cueste creerse, la mujer juega un papel importante en la familia de Consecratio, viéndose a veces incluso más importante que el hombre pues se las clasifica como las dadoras de vidas, quienes cargan una de las penitencias más sagradas: La penitencia del parto. Por ello, las mujeres suelen ser vistas con mucho más respeto y tienden a ascender en los escalafones de la religión con mucha más facilidad que los hombres...pero, tal como ellas tienen la penitencia del parto, a los hombres se les da otro tipo de penitencia.
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Sólo los hombres tienen permitido usar magia, pues en Consecratio no es raro ver esta misma siendo usada para mejorar los cultivos o quemar a los impíos. La magia era nonata de los habitantes de la región pero, desde que los primeros peregrinos participaron del fruto del Árbol del Milagro Sagrado, estos se vieron envueltos en una energía y sensación nunca antes vivida de la cual salió la magia. Por tanto, los hombres cargan con la penitencia de ser los protectores del regalo del Árbol del Milagro y sus frutos, siendo capacitados en el dominio de estos poderes y transmitiéndoles la sabiduría de los primeros Peregrinos. En resumen, si bien las mujeres son respetadas y muy valoradas en Consecratio...no tienen permitido usar la magia.
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Fuera de esto, los ciudadanos se rigen bajo un estricto y meticuloso horario de rezos, castigos auto-infligidos y penitencias, cada cual ceñida a la rama del Milagro Sagrado al que pertenezca (Pues así se conocen a las variantes de la Iglesia del Milagro). Con esto, es común que cada cierto tiempo los ciudadanos se aparten de sus labores para consagrar su tiempo en santa devoción a sus creencias pues, para ellos, cada rezo es poco para aquel quien pagó por todos sus males y dolores.
En general los ciudadanos son amigables con los extranjeros, pues así dicta uno de los preceptos del Milagro Santo, y normalmente tenderán una mano amiga a aquellos necesitados...pero castigarán ferozmente, llegando incluso a tomar la justicia por su mano, ante aquellos que abjuran del Milagro Sagrado, son clasificados como blasfemos o herejes o aquellos que insultan a su santa devoción. Si bien los ciudadanos son amables por naturaleza...también son inflexibles y extremistas con aquellos que no respetan sus creencias, llegando al fanatismo religioso.